viernes, 1 de agosto de 2014

Construyendo Alternativas. Campamento Santoña 2014

Nuestro campamento tiene nombre y apellidos. De nombre: “Construyendo Alternativas” y un apellido para cada día. Nuestro objetivo: reflexionar en torno a la búsqueda de alternativas relacionadas con el respeto al medio ambiente, la construcción de la comunidad (valores de solidaridad, respeto, desarrollo comunitario) ocio responsable y alternativo así como nuestra forma de relacionarnos. Nuestra aventura duró desde 16 al 20 de julio de 2014.
Un grupo de 28 jóvenes y 5 educadores formamos un contingente ilusionado y preparado para pasar 5 días que no podremos olvidar. El Albergue de Santoña nos sirvió de “campamento base”.
El Monte Buciero, la Bahía de Santoña, Castro Urdiales, Península de la Magdalena en Santander son solo algunos de los escenarios en los que este grupo de jóvenes han podido disfrutar y conocer en el transcurso de un campamento lleno de actividades y vivencias destinadas a ofrecer un espacio para la creación, la reflexión, el descubrimiento y la diversión. 

Para Educándonos, un campamento es una experiencia educativa organizada y dirigida hacia los y las jóvenes para ayudar al perfeccionamiento integral de los componentes de esa comunidad, en un clima caracterizado por la alegría y el espíritu de cooperación, dejando un poco la comodidad y el confort a un lado, aunque sin escatimar las necesarias garantías para la seguridad, la salud física y el sentido comunitario.
Otra de las características que determinan la eficacia del aprendizaje en la vivencia de un campamento estriba en el hecho singular de que se aprovechan todos los agentes educativos existentes, así como todos los recursos didácticos que puedan favorecer una mayor eficacia en la adquisición de los objetivos que se marcan; son agentes educativos, desde los educadores hasta el especialista de alguna actividad, pasando por personal de servicio o no vinculado directamente al seguimiento de los chicos y chicas: personal de cocina, administrativos, personas invitadas, encargados del mantenimiento de la instalación y los propios residentes en el albergue que, en la transmisión de algún tipo de conocimiento o habilidad, realizan una labor educativa muy importante.

Desde Educándonos no defendemos solamente el concepto de que una cosa lúdica entraña una educación, que ya es bien sabido, defendemos que el proceso educativo ha de ser rabiosamente divertido. Los campamentos educativos pretenden justamente esta alianza (perturbada y pervertida en un momento de la vida), entre lo lúdico, la diversión, el juego y el proceso educativo.
Cuando un joven aprende en un campamento, por ejemplo, a hablar en público, ante sus iguales, a dar gracias, a sostener un discurso, sea cual sea este, por ejemplo en una velada, seguramente ha significado un aprendizaje de la misma importancia que cuando aprende a despejar una incógnita en una ecuación. Ha aprendido a transmitir un concepto, una emoción, o un cúmulo de sensaciones, pero lo ha hecho con un método que implica la aparición de un interés que emana del juego, de la diversión, de la puesta en común.
Su implicación en ese aprendizaje es mucho mayor que la que sostiene en una labor pasiva intelectualizada o racionalizada, en la que nada le atañe, ni en su participación, ni en su concepción, ni en su creación.


 

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